jueves, 27 de febrero de 2014

Villa Celina entre 1955 y 1970

El 16 de septiembre de 1955 estalló la auto denominada “Revolución Libertadora” que derrocó al presidente Juan Domingo Perón y nombró en su lugar a Eduardo Lonardi, un militar proveniente del nacionalismo católico que ejerció el mandato hasta el 13 de octubre y fue sucedido por Pedro Aramburu, quien estaba dispuesto a “limpiar” el país de peronismo.
Esta “desperonización” de la sociedad intentó hacer desaparecer todo vestigio o referencia al movimiento político depuesto, como un derecho de "conquista" impuesto sobre las voluntades individuales por una Revolución, que más que libertadora era "restauradora".
La disolución del Partido Justicialista fue acompañada de la prohibición del uso de cualquier medio y objeto de propaganda del gobierno depuesto[1], con penalizaciones que iban desde prisión por unos días o multas menores, hasta multas millonarias, clausura de empresas comerciales y prisión por seis años para quienes no cumplieran la norma.
Resultado de la implementación de dicha ley, en el partido de la Matanza se le cambio el nombre a la localidad de Ciudad Evita, que comenzó a llamarse desde entonces Ciudad Gral. Belgrano[2], se demolieron bustos de Perón y Evita de plazas y edificios y se cambiaron los nombres de toda calle, monumento o edificio que recordaran al mandatario depuesto (por ejemplo se le anulo el nombre a la escuela Nro. 9 de Villa Madero, que había sido nombrada como Eva Perón). En Villa Celina, se le cambia el nombre al barrio “17 de Octubre”, por el de barrio “General Paz”, nombre que lleva hasta hoy día.
Pancho Sorrentino recuerda como se entero del cambio de nombre de su barrio:
“Después la Revolución Libertadora se le cambia el nombre por el de Barrio General Paz. Se inauguró el 10 y 11 que estaban terminados pero no habían dado la posesión (se refiere a los edificios).
Cuando le cambiaron el nombre, yo estaba preso en Devoto. Mientras esperaba el 114 tiraron volantes que decían que a partir de las 0 hs. había paro general. Yo llegué con uno de los volantes al barrio y mi esposa, que estaba embarazada, no estaba. Bajé y me puse a charlar con  los vecinos, y les dije: Miren lo que tiraron en el bondi. Uno de ellos, quería comprar cigarrillos. Yo lo acompañé, y acá estaba todo cerrado, así que fuimos a Lugano. Cuando llegamos también estaba todo cerrado, así que nos volvimos, mientras volvíamos, un grupo de muchachos escribía en el piso: “Viva Perón”, en eso cayó un camión rojo, bajaron varios policías y nos llevaron a todos. Primero estuve detenido en la 48, después me llevaron a Devoto, estuvimos presos unos días. Ahí en Devoto eran todos los guardia cárceles peronistas, así que cantábamos la marcha peronista todos juntos. Cuando me dejan libre, un policía que me entrega las cosas, me pregunta: ¿Ud. dónde vive?  En el barrio 17 de octubre, le dije.  No, me corrigió, Ud. Vive en el Barrio General Paz. Cuando salí, llamé a mi hermano, y me dijo: ¡venite, ya sos papá de nuevo!”[3]

La resistencia peronista
El gobierno militar de la autodenominada Revolución Libertadora dicto el Decreto 3855/55 disolviendo el Partido Peronista y luego el 5 de marzo de 1956 el Decreto 4161, de “prohibición de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”. En ese contexto la sublevación de los Generales Valle y Tancho contra dicho régimen, en 1956, finalizó con el fusilamiento de estos y sus seguidores, razón por la cual muchos peronistas recuerdan a esa época como la “Revolución Fusiladora”. En 1957 se convocó a una Asamblea Constituyente que anuló la Constitución de 1949 y restableció la de 1853, a la que incorporó el artículo 14 bis como síntesis de los derechos laborales y sociales obtenidos durante el peronismo.  De ese modo se inició un período de proscripción del peronismo de la vida pública y privada, que se extendería hasta 1973, y que, junto a los fusilamientos de 1956, ocasionó un movimiento opositor, mayoritariamente clandestino que fue conocido como la “Resistencia Peronista”, y que reunía a grupos de izquierda y derecha.
En La Matanza comenzaron a organizarse distintos grupos a lo largo de todo el territorio. Según Agostino y Pomés:
“Para la lucha activa existían en La Matanza una serie de comandos entre los que se destacaron el Comando de Ciudad Evita, el Comando San Justo y el Comando Ramos Mejía. Sus objetivos fueron la realización de actos de sabotaje mediante la puesta en ciertos lugares como fábricas o vías férreas, de los denominados “caños” de fabricación casera. (...)  Vinculado con la presencia y actuación de la JP, en el partido y luego trascendiéndolo, debe necesariamente recordarse a Gustavo Rearte, a Tuli, a Jorge Rulli, a Cacho Spina, a Beatriz Fortunato y a “Tito” Bevilacqua”[4].
En el barrio General Paz de Villa Celina, vivía Gustavo Rearte, quien fuera fundador de la JP
Gustavo Rearte en su casa de Villa Celina, Revista "Así", 
foto gentileza Eva Rearte.


Su hijo, Gustavo A. Rearte, explicaba:
“En los años sesenta se proyectaban películas de Perón contra las paredes de Villa Celina – a media cuadra de Chilavert. Algunas películas llegaban en secreto desde Puerta de Hierro – alojamiento de Perón en Madrid – conteniendo el mensaje del general en el exilio.
La gente vibraba, la tensión estaba en el aire a sabiendas que ese tipo de eventos eran ilegales en esos tiempos de Frondizi, Onganía y otros. Es muy difícil separar a La Matanza y especialmente a Villa Celina, del proceso histórico de la resistencia Peronista”[5]
Rearte llegó a Buenos Aires, y comenzó a trabajar en la empresa Siam Di Tella como técnico.
Luego como empleado de la fábrica Carrier Lix-Klet[6], es contratado para reparar un aire acondicionado en la residencia presidencial en donde conoce a Perón.





Su hija Eva Rearte recuerda:
“Luego de arreglar un aire acondicionado en la casa de gobierno, se le pregunta que necesita y cuenta que se va a casar con mi madre (Amelia, también empleada en la misma empresa) y que no tienen vivienda.  Así termina casándose el 15 de abril del 55 y viven en el departamento de Villa Celina, Barrio General Paz. El 16 de junio los encuentra la plaza bombardeada. El horror, le confirma que las garras de la oligarquía, en sus odios contra lo popular, se extenderá sanguinaria y por años. Junto a Susana Valle y otros (Tulli Ferrari, Jorge Rulli, Pocho Rearte, Tito Bevilacqua, Felipe Vallese...), co funda la Primer JP llamada Comando Valle en la casa de Susana. Conduce la primera acción armada en el país que es en el Destacamento de Ezeiza.  Villa Celina en particular y la Matanza en general (bastión peronista porque fue allí donde se sintieron claramente las pérdidas del arrebato de la voluntad popular en el 55). La militancia era de familias entera (los Bettinelli, los Ugarte – don Martin, ex senador por la Pampa-, Normita Elizamburu con quien mi padre abre la Unidad Básica 9 de junio en la calle Chilavert, el tano Pepone, la Gaucha[7], una india enorme que guardaba compañeros… Lala Marín, querida amiga de mi padre hasta que más tarde se encuadra en el peronismo de derecha, los Marti Vidal, médico del barrio... Margarita que era quien tenía una quinta donde cosechaba verdura y vendía a bajo costo o mandaba la vaca para provisionarnos de leche a los pibes y pibas del barrio cuyos papás o mamás estaban detenidos por peronistas...)”[8].
Rearte trabajó en la fábrica Jabón Federal, de Villa Madero, desde donde participó en las huelgas obreras de resistencia durante la Revolución Libertadora, y se conectó con los activistas de otros gremios (Frigorífico Nacional, Metalúrgicos, etc.), para luego participar en la fundación de la intersindical y luego de las 62 organizaciones.
Los nuevos Barrios
Durante el gobierno peronista, no se veía a las villas como un problema en sí, sino que estaba abordado como una parte más del problema de la falta de vivienda general. La visión comienza a cambiar en 1955 ya que  comienzan a intentarse políticas de erradicación de dichos asentamientos, que desembocan en la década de 1960, con la implementación del Plan de Erradicación de Villas de Emergencia (PEVE) de la Capital y el Gran Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Obras Publicas de la Nación. El plan constaba de dos programas principales, uno de erradicación de las villas, mediante el alojamiento transitorio, y el otro de Soluciones Habitacionales Definitivas.
En cuanto al primer programa se planteo construir una primera etapa de 8000 viviendas transitorias o Núcleos Urbanos Transitorios, cuyas viviendas tenían algo más de 13 m2 cubiertos, para una familia tipo. Los primeros NHT (Núcleo Habitacional Transitorio) se construyeron en la década de 1960 sobre terrenos inundables. La segunda etapa, nunca se concluyo, ya que para 1971 no se habían terminado ninguna vivienda definitiva, por lo que los NHT se convirtieron en definitivos. En este caso el no éxito del plan no se centralizaba en la no culminación del proyecto, sino que, aunque lo hubiesen culminado exitosamente, el verdadero problema que causaba el déficit de vivienda, el estado de subdesarrollo de algunas regiones de nuestro país, y la no redistribución de la riqueza, continuaban generando la aparición de núcleos de vivienda improvisados y clandestinos.
En los boletines de la Sociedad Central de Arquitectura, podemos leer:
“Los barrio numero 2 y 3[9] ubicados en Avenida General Paz y Avelino Díaz, se levantaran sobre 22 y 23 hectáreas, respectivamente, con 948 y 927 viviendas, respectivamente, para albergar a 11.112 personas y contaran también con local para escuela, un instituto social formativo, jardín de infantes, gimnasio, confitería, destacamento policial, iglesia y casa parroquial, comercios con vivienda, plaza, playa de estacionamiento, canchas de futbol y de basquetbol. 
Los locales destinados para la escuela en cada barrio contaran con 14 aulas, calefacción, patio cerrado, patio descubierto, etc.  Las viviendas se compondrán de 2,3 o 4 dormitorios, living comedor, cocina, baño y patio, sobre 34, 49 y 61 metros cuadrados cubiertos. Todas estas construcciones serán de material y contaran con los servicios tales como aguas corrientes, electricidad, cloacas, etc.
Manifestó el señor Rawson Paz, que el general Aramburu había dispuesto que se haga la adjudicación de las viviendas en construcción o a construirse en el transcurso del corriente año, pues desea que, en su totalidad, sean ocupadas exclusivamente por aquellas persona que actualmente viven en las llamadas villas miserias.
Agregó que para ello el Banco Hipotecario cuenta con los datos obtenidos por la policía federal durante el censo practicado el año pasado.
La adjudicación se hará a titulo locativo y con opción a compra, señalando que el ofrecimiento en venta será hecho inmediatamente después de ser habitada la vivienda, la que podrá ser adquirida mediante el plan de créditos que la institución a su cargo ha previsto.[10]

Pero el plan del gobierno militar no privilegiaba a las personas, sino al hecho financiero en sí, por lo que ponen en práctica un experimento.  En el boletín del Sociedad Central de Arquitectos podemos leer: “Muestra los resultados de su investigación en el barrio experimental de Villa Celina. Los nuevos sistemas constructivos utilizados apuntan a dos metas: una disminuir los costos, otra reducir los tiempos de ejecución y contribuir con ello a una evolución financiera más acelerada.
El Banco Hipotecario está realizando un interesantísimo trabajo de investigación en Villa Celina. Está experimentando los nuevos sistemas constructivos conocidos en el país”.
En este contexto, en esta zona, mediante el plan PEVE, se destinaron distintos terrenos bajos de propiedad fiscal a la construcción de barrios destinados a solucionar la situación habitacional de varias zonas del conurbano. El proyecto, que consistía en la construcción de viviendas económicas para erradicar los asentamientos mencionados, y para saldar la falta de vivienda de un sector de población de bajos recursos, conformo los barrios de Vicente López, Barrio Sarmiento y Barrio Urquiza, entre otros. El proyecto no comprendió en su forma, que la construcción de viviendas no erradica un asentamiento, si no estaba sumada a un plan más amplio de integración y desarrollo. Es por eso que los barrios mencionados, quedaran signados de ahora en más por el prejuicio y la falta  de oportunidades igualitarias para con el resto de la población, sin obviar la discriminación:
Pancho Sorrentino, docente, vecino arraigado  del barrio General Paz, lo recuerda así:
“El 15 de mayo de 1960, fue el día que se bendijo el barrio Urquiza. Antes ahí era una zona baja, había yuyales, pantano. Son casitas con callecitas intrincadas. Vinieron cualquier clase de personas. Al principio de entrada no tanto…”[11]
Este plan, que había instalado transitoriamente a los nuevos vecinos en los barrios de Vicente López y Planes, Barrio Sarmiento y Urquiza, y que poseía carácter transitorio, obligaba al pago de un alquiler al Banco Hipotecario en un principio, para luego, al verse la imposibilidad de culminar con lo planeado, y al transformarse los NHT en definitivos, comenzaron a darse los lotes ocupados a la venta en cuotas. Las tierras utilizadas, eran tierras fiscales que el peronismo había expropiado, pertenecientes al resto de la propiedad que la empresa Fiorito Hnos., había loteado a principio de siglo XX propiedad de Francisco Recondo, y los cascos de estancias que perduraban desde fines de siglo XIX y principios del XX.
María Isabel González, vecina de la zona recuerda:
 “Acá cuando lo apropiaron, como te puedo decir, acá eran como cascos de estancia. Había esas casas viejas, con vacas, caballos. Ninguno tenemos  escritura legitima”[12].
De esta manera, los primeros vecinos, y por intermedio del Banco Hipotecario Nacional, comenzaron a instalarse y poblar la zona.  Pero el plan del gobierno: erradicar asentamientos informales y construir planes de vivienda que solucionaran el déficit existente, y ocasionado por el PEVE, no comprendía que la mayoría de los pobladores erradicados, no accedían, por su situación económica, a los nuevos planes, sin obviar que, los que si accedían, serian acreedores de viviendas transitorias, construidas en terrenos poco aptos, y en general carentes de servicios básicos.




[1]     Decreto-ley 4161, del 5 de marzo de 1956
[2]     En la democracia de 1973 recupero su nombre, el golpe militar de 1976 se lo vuelve a quitar, bautizándola como Ciudad Gral. Martin Miguel de Güemes, y en 1983 vuelve a recuperar su nombre original.
[3]     Entrevista realizada por el autor, a Francisco P. Sorrentino, en el Barrio General Paz, el  11 de enero de 2012.
[4]     Agostino Hilda, Pomés Raúl, “Historia política, económica y social del partido de La Matanza, desde la prehistoria hasta fines de siglo XX”, Editorial CLM, Ramos Mejía, 2010.
[6]     Garulli Liliana, Carballo Liliana, Charlier Noemí, Cafiero Mercedes, “Nomeolvides, memoria de la resistencia peronista 1955-1972”, Editorial Biblos, Buenos Aires.
[7]              Se refiere a la Sra. Alcira Díaz de Ridruejo, apodada “La gaucha”, quien había trabajado en Previsión Social, junto a Eva Perón, y que poseía una unidad básica en su propia casa, fue concejal de la Matanza en 1973.
[8]              http://es.netlog.com/eVarearte/blog/blogid=2595703 (Consultada en mayo 2012)

[9]     Nota: Se refiere a los barrios Vicente Lopez y Sarmiento.
[10]    Boletín de la Asociación Central de Arquitectura,  Nro. 30, 1959.
[11]    Entrevista realizada por el autor a Francisco Sorrentino, en el Barrio General Paz, en diciembre de 2011.
[12]    Entrevista realizada a Isabel González, por Sergio Becerra, en Barrio Sarmiento en noviembre de 2011