El
16 de septiembre de 1955 estalló la auto denominada “Revolución Libertadora”
que derrocó al presidente Juan Domingo Perón y nombró en su lugar a Eduardo
Lonardi, un militar proveniente del nacionalismo católico que ejerció el
mandato hasta el 13 de octubre y fue sucedido por Pedro Aramburu, quien estaba
dispuesto a “limpiar” el país de peronismo.
Esta
“desperonización” de la sociedad intentó hacer desaparecer todo vestigio o
referencia al movimiento político depuesto, como un derecho de
"conquista" impuesto sobre las voluntades individuales por una
Revolución, que más que libertadora era "restauradora".
La
disolución del Partido Justicialista fue acompañada de la prohibición del uso
de cualquier medio y objeto de propaganda del gobierno depuesto[1],
con penalizaciones que iban desde prisión por unos días o multas menores, hasta
multas millonarias, clausura de empresas comerciales y prisión por seis años
para quienes no cumplieran la norma.
Resultado
de la implementación de dicha ley, en el partido de la Matanza se le cambio el
nombre a la localidad de Ciudad Evita, que comenzó a llamarse desde entonces
Ciudad Gral. Belgrano[2],
se demolieron bustos de Perón y Evita de plazas y edificios y se cambiaron los
nombres de toda calle, monumento o edificio que recordaran al mandatario
depuesto (por ejemplo se le anulo el nombre a la escuela Nro. 9 de Villa
Madero, que había sido nombrada como Eva Perón). En Villa Celina, se le cambia
el nombre al barrio “17 de Octubre”, por el de barrio “General Paz”, nombre que
lleva hasta hoy día.
Pancho
Sorrentino recuerda como se entero del cambio de nombre de su barrio:
“Después la Revolución
Libertadora se le cambia el nombre por el de Barrio General Paz. Se inauguró el
10 y 11 que estaban terminados pero no habían dado la posesión (se refiere a
los edificios).
Cuando le cambiaron el
nombre, yo estaba preso en Devoto. Mientras esperaba el 114 tiraron volantes
que decían que a partir de las 0 hs. había paro general. Yo llegué con uno de
los volantes al barrio y mi esposa, que estaba embarazada, no estaba. Bajé y me
puse a charlar con los vecinos, y les
dije: Miren lo que tiraron en el bondi. Uno de ellos, quería comprar
cigarrillos. Yo lo acompañé, y acá estaba todo cerrado, así que fuimos a Lugano.
Cuando llegamos también estaba todo cerrado, así que nos volvimos, mientras
volvíamos, un grupo de muchachos escribía en el piso: “Viva Perón”, en eso cayó
un camión rojo, bajaron varios policías y nos llevaron a todos. Primero estuve
detenido en la 48, después me llevaron a Devoto, estuvimos presos unos días.
Ahí en Devoto eran todos los guardia cárceles peronistas, así que cantábamos la
marcha peronista todos juntos. Cuando me dejan libre, un policía que me entrega
las cosas, me pregunta: ¿Ud. dónde vive? En el barrio 17 de octubre, le dije. No, me corrigió, Ud. Vive en el Barrio
General Paz. Cuando salí, llamé a mi hermano, y me dijo: ¡venite, ya sos papá
de nuevo!”[3]
La
resistencia peronista
El gobierno militar de la autodenominada Revolución
Libertadora dicto el Decreto 3855/55 disolviendo el Partido Peronista y luego
el 5 de marzo de 1956 el Decreto 4161, de “prohibición
de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”. En ese
contexto la sublevación de los Generales Valle y Tancho contra dicho régimen,
en 1956, finalizó con el fusilamiento de estos y sus seguidores, razón por la
cual muchos peronistas recuerdan a esa época como la “Revolución Fusiladora”.
En 1957 se convocó a una Asamblea Constituyente que anuló la Constitución de
1949 y restableció la de 1853, a la que incorporó el artículo 14 bis como
síntesis de los derechos laborales y sociales obtenidos durante el
peronismo. De ese modo se inició un
período de proscripción del peronismo de la vida pública y privada, que se extendería
hasta 1973, y que, junto a los fusilamientos de 1956, ocasionó un movimiento
opositor, mayoritariamente clandestino que fue conocido como la “Resistencia
Peronista”, y que reunía a grupos de izquierda y derecha.
En La Matanza comenzaron a organizarse distintos
grupos a lo largo de todo el territorio. Según Agostino y Pomés:
“Para la lucha
activa existían en La Matanza una serie de comandos entre los que se destacaron
el Comando de Ciudad Evita, el Comando San Justo y el Comando Ramos Mejía. Sus
objetivos fueron la realización de actos de sabotaje mediante la puesta en
ciertos lugares como fábricas o vías férreas, de los denominados “caños” de
fabricación casera. (...) Vinculado con
la presencia y actuación de la JP, en el partido y luego trascendiéndolo, debe
necesariamente recordarse a Gustavo Rearte, a Tuli, a Jorge Rulli, a Cacho
Spina, a Beatriz Fortunato y a “Tito” Bevilacqua”[4].
En el barrio General Paz de Villa Celina, vivía
Gustavo Rearte, quien fuera fundador de la JP
Gustavo Rearte en su casa de Villa Celina, Revista "Así",
foto gentileza Eva Rearte.
Su hijo, Gustavo A. Rearte, explicaba:
“En los años
sesenta se proyectaban películas de Perón contra las paredes de Villa Celina –
a media cuadra de Chilavert. Algunas películas llegaban en secreto desde Puerta
de Hierro – alojamiento de Perón en Madrid – conteniendo el mensaje del general
en el exilio.
La gente
vibraba, la tensión estaba en el aire a sabiendas que ese tipo de eventos eran
ilegales en esos tiempos de Frondizi, Onganía y otros. Es muy difícil separar a
La Matanza y especialmente a Villa Celina, del proceso histórico de la resistencia
Peronista”[5]
Rearte llegó a Buenos Aires, y comenzó a trabajar en
la empresa Siam Di Tella como técnico.
Luego como empleado de la fábrica Carrier Lix-Klet[6], es
contratado para reparar un aire acondicionado en la residencia presidencial en
donde conoce a Perón.
Su hija Eva Rearte recuerda:
“Luego de
arreglar un aire acondicionado en la casa de gobierno, se le pregunta que
necesita y cuenta que se va a casar con mi madre (Amelia, también empleada en
la misma empresa) y que no tienen vivienda. Así termina casándose el 15 de abril del 55 y
viven en el departamento de Villa Celina, Barrio General Paz. El 16 de junio
los encuentra la plaza bombardeada. El horror, le confirma que las garras de la
oligarquía, en sus odios contra lo popular, se extenderá sanguinaria y por
años. Junto a Susana Valle y otros (Tulli Ferrari, Jorge Rulli, Pocho Rearte,
Tito Bevilacqua, Felipe Vallese...), co funda la Primer JP llamada Comando
Valle en la casa de Susana. Conduce la primera acción armada en el país que es
en el Destacamento de Ezeiza. Villa
Celina en particular y la Matanza en general (bastión peronista porque fue allí
donde se sintieron claramente las pérdidas del arrebato de la voluntad popular
en el 55). La militancia era de familias entera (los Bettinelli, los Ugarte –
don Martin, ex senador por la Pampa-, Normita Elizamburu con quien mi padre
abre la Unidad Básica 9 de junio en la calle Chilavert, el tano Pepone, la
Gaucha[7],
una india enorme que guardaba compañeros… Lala Marín, querida amiga de mi padre
hasta que más tarde se encuadra en el peronismo de derecha, los Marti Vidal,
médico del barrio... Margarita que era quien tenía una quinta donde cosechaba
verdura y vendía a bajo costo o mandaba la vaca para provisionarnos de leche a
los pibes y pibas del barrio cuyos papás o mamás estaban detenidos por
peronistas...)”[8].
Rearte trabajó en la fábrica Jabón Federal, de Villa
Madero, desde donde participó en las huelgas obreras de resistencia durante la
Revolución Libertadora, y se conectó con los activistas de otros gremios
(Frigorífico Nacional, Metalúrgicos, etc.), para luego participar en la
fundación de la intersindical y luego de las 62 organizaciones.
Los
nuevos Barrios
Durante
el gobierno peronista, no se veía a las villas como un problema en sí, sino que
estaba abordado como una parte más del problema de la falta de vivienda
general. La visión comienza a cambiar en 1955 ya que comienzan a intentarse políticas de
erradicación de dichos asentamientos, que desembocan en la década de 1960, con
la implementación del Plan de Erradicación de Villas de Emergencia (PEVE) de la
Capital y el Gran Buenos Aires, dependiente del Ministerio de Obras Publicas de
la Nación. El plan constaba de dos programas principales, uno de erradicación
de las villas, mediante el alojamiento transitorio, y el otro de Soluciones
Habitacionales Definitivas.
En
cuanto al primer programa se planteo construir una primera etapa de 8000
viviendas transitorias o Núcleos Urbanos Transitorios, cuyas viviendas tenían
algo más de 13 m2 cubiertos, para una familia tipo. Los primeros NHT (Núcleo
Habitacional Transitorio) se construyeron en la década de 1960 sobre terrenos
inundables. La segunda etapa, nunca se concluyo, ya que para 1971 no se habían
terminado ninguna vivienda definitiva, por lo que los NHT se convirtieron en
definitivos. En este caso el no éxito del plan no se centralizaba en la no
culminación del proyecto, sino que, aunque lo hubiesen culminado exitosamente,
el verdadero problema que causaba el déficit de vivienda, el estado de
subdesarrollo de algunas regiones de nuestro país, y la no redistribución de la
riqueza, continuaban generando la aparición de núcleos de vivienda improvisados
y clandestinos.
En
los boletines de la Sociedad Central de Arquitectura, podemos leer:
“Los
barrio numero 2 y 3[9]
ubicados en Avenida General Paz y Avelino Díaz, se levantaran sobre 22 y 23
hectáreas, respectivamente, con 948 y 927 viviendas, respectivamente, para
albergar a 11.112 personas y contaran también con local para escuela, un
instituto social formativo, jardín de infantes, gimnasio, confitería,
destacamento policial, iglesia y casa parroquial, comercios con vivienda,
plaza, playa de estacionamiento, canchas de futbol y de basquetbol.
Los
locales destinados para la escuela en cada barrio contaran con 14 aulas,
calefacción, patio cerrado, patio descubierto, etc. Las viviendas se compondrán de 2,3 o 4
dormitorios, living comedor, cocina, baño y patio, sobre 34, 49 y 61 metros
cuadrados cubiertos. Todas estas construcciones serán de material y contaran
con los servicios tales como aguas corrientes, electricidad, cloacas, etc.
Manifestó
el señor Rawson Paz, que el general Aramburu había dispuesto que se haga la
adjudicación de las viviendas en construcción o a construirse en el transcurso
del corriente año, pues desea que, en su totalidad, sean ocupadas
exclusivamente por aquellas persona que actualmente viven en las llamadas
villas miserias.
Agregó
que para ello el Banco Hipotecario cuenta con los datos obtenidos por la
policía federal durante el censo practicado el año pasado.
La
adjudicación se hará a titulo locativo y con opción a compra, señalando que el
ofrecimiento en venta será hecho inmediatamente después de ser habitada la
vivienda, la que podrá ser adquirida mediante el plan de créditos que la
institución a su cargo ha previsto.[10]”
Pero el plan del gobierno militar no
privilegiaba a las personas, sino al hecho financiero en sí, por lo que ponen
en práctica un experimento. En el boletín
del Sociedad Central de Arquitectos podemos leer: “Muestra los resultados de su investigación en el barrio experimental de
Villa Celina. Los nuevos sistemas constructivos utilizados apuntan a dos metas:
una disminuir los costos, otra reducir los tiempos de ejecución y contribuir
con ello a una evolución financiera más acelerada.
El Banco Hipotecario está
realizando un interesantísimo trabajo de investigación en Villa Celina. Está
experimentando los nuevos sistemas constructivos conocidos en el país”.
En
este contexto, en esta zona, mediante el plan PEVE, se destinaron distintos
terrenos bajos de propiedad fiscal a la construcción de barrios destinados a
solucionar la situación habitacional de varias zonas del conurbano. El
proyecto, que consistía en la construcción de viviendas económicas para
erradicar los asentamientos mencionados, y para saldar la falta de vivienda de
un sector de población de bajos recursos, conformo los barrios de Vicente
López, Barrio Sarmiento y Barrio Urquiza, entre otros. El proyecto no
comprendió en su forma, que la construcción de viviendas no erradica un
asentamiento, si no estaba sumada a un plan más amplio de integración y
desarrollo. Es por eso que los barrios mencionados, quedaran signados de ahora
en más por el prejuicio y la falta de
oportunidades igualitarias para con el resto de la población, sin obviar la
discriminación:
Pancho
Sorrentino, docente, vecino arraigado
del barrio General Paz, lo recuerda así:
“El 15 de mayo de 1960, fue
el día que se bendijo el barrio Urquiza. Antes ahí era una zona baja, había
yuyales, pantano. Son casitas con callecitas intrincadas. Vinieron cualquier
clase de personas. Al principio de entrada no tanto…”[11]
Este
plan, que había instalado transitoriamente a los nuevos vecinos en los barrios
de Vicente López y Planes, Barrio Sarmiento y Urquiza, y que poseía carácter
transitorio, obligaba al pago de un alquiler al Banco Hipotecario en un
principio, para luego, al verse la imposibilidad de culminar con lo planeado, y
al transformarse los NHT en definitivos, comenzaron a darse los lotes ocupados
a la venta en cuotas. Las tierras utilizadas, eran tierras fiscales que el
peronismo había expropiado, pertenecientes al resto de la propiedad que la
empresa Fiorito Hnos., había loteado a principio de siglo XX propiedad de
Francisco Recondo, y los cascos de estancias que perduraban desde fines de
siglo XIX y principios del XX.
María
Isabel González, vecina de la zona recuerda:
“Acá
cuando lo apropiaron, como te puedo decir, acá eran como cascos de estancia.
Había esas casas viejas, con vacas, caballos. Ninguno tenemos escritura legitima”[12].
De
esta manera, los primeros vecinos, y por intermedio del Banco Hipotecario
Nacional, comenzaron a instalarse y poblar la zona. Pero el plan del gobierno: erradicar
asentamientos informales y construir planes de vivienda que solucionaran el
déficit existente, y ocasionado por el PEVE, no comprendía que la mayoría de
los pobladores erradicados, no accedían, por su situación económica, a los
nuevos planes, sin obviar que, los que si accedían, serian acreedores de
viviendas transitorias, construidas en terrenos poco aptos, y en general
carentes de servicios básicos.
[1] Decreto-ley 4161, del 5 de marzo de 1956
[2] En la democracia de 1973 recupero su
nombre, el golpe militar de 1976 se lo vuelve a quitar, bautizándola como
Ciudad Gral. Martin Miguel de Güemes, y en 1983 vuelve a recuperar su nombre
original.
[3] Entrevista realizada
por el autor, a Francisco P. Sorrentino, en el Barrio General Paz, el 11 de enero de 2012.
[4] Agostino Hilda, Pomés Raúl, “Historia
política, económica y social del partido de La Matanza, desde la prehistoria
hasta fines de siglo XX”, Editorial CLM, Ramos Mejía, 2010.
[5] http://diasqueseempujanendesorden.blogspot.com.ar/2009_08_01_archive.html
(Consultado en marzo de 2012)
[6] Garulli Liliana, Carballo Liliana, Charlier
Noemí, Cafiero Mercedes, “Nomeolvides, memoria de la resistencia peronista
1955-1972”, Editorial Biblos, Buenos Aires.
[7] Se refiere a la Sra. Alcira Díaz
de Ridruejo, apodada “La gaucha”, quien había trabajado en Previsión Social,
junto a Eva Perón, y que poseía una unidad básica en su propia casa, fue
concejal de la Matanza en 1973.
[9] Nota: Se refiere a los barrios Vicente
Lopez y Sarmiento.
[11] Entrevista realizada por el autor a
Francisco Sorrentino, en el Barrio General Paz, en diciembre de 2011.
[12] Entrevista realizada a Isabel González, por
Sergio Becerra, en Barrio Sarmiento en noviembre de 2011